Tarifa plana de gas: ¿cómo funciona? ¿Te conviene?

¿Qué es una tarifa plana de gas y cómo funciona?

Una tarifa plana de gas es un tipo de contrato en el que acuerdas con tu comercializadora pagar una cuota fija mensual por tu suministro de gas, independientemente de tu consumo exacto cada mes. El objetivo principal es ofrecer previsibilidad en los gastos: sabes de antemano cuánto vas a pagar cada mes, sin importar si un mes consumes más o menos gas que el anterior.

Para establecer esta cuota fija, las compañías suelen realizar un estudio de tu consumo histórico de gas del último año o de los últimos meses. Basándose en ese historial, calculan una media y te proponen una cuota mensual personalizada. Algunas compañías también pueden establecer un límite máximo de consumo anual; si lo superas, podrían aplicarte costes adicionales o cambiarte de tarifa.

Es importante destacar que no todas las compañías ofrecen una tarifa plana de gas, y las condiciones pueden variar significativamente entre las que sí lo hacen. Por ejemplo, Naturgy es una de las que cuenta con esta modalidad, como te explicamos en nuestro post sobre la tarifa plana de gas de Naturgy.

Ventajas de una tarifa plana de gas

La principal ventaja de una tarifa plana de gas es, sin duda, la comodidad y la previsibilidad:

• Pagos fijos mensuales: sabes exactamente cuánto vas a pagar cada mes, lo que facilita la planificación de tu presupuesto doméstico.
• Sin sorpresas en la factura: te olvidas de las fluctuaciones en el importe de la factura debidas a picos de consumo (por ejemplo, en invierno por la calefacción) o a variaciones en el precio del gas en el mercado (si la tarifa plana tiene el precio del kWh subyacente fijado).
• Simplicidad: la factura es más fácil de entender, ya que el importe principal es siempre el mismo.

Desventajas y consideraciones importantes de una tarifa plana de gas

Aunque la comodidad es un gran atractivo, la tarifa plana de gas también tiene sus inconvenientes y aspectos que debes valorar detenidamente:

• No son la opción más económica: desde el punto de vista del precio, la cruda realidad es que no suelen merecer la pena.
• Límites de consumo y regularizaciones: muchas tarifas planas establecen un consumo máximo anual. Si lo superas, la compañía podría aplicarte un precio por el exceso de consumo (que suele ser caro) o incluso cambiarte unilateralmente a otra tarifa. Lee bien la letra pequeña.
• Basada en el pasado, no en el presente: la cuota se calcula según tu consumo anterior. Si tus hábitos cambian y reduces tu consumo (por ejemplo, mejoras el aislamiento, pasas menos tiempo en casa), estarías pagando de más.
• Menor conciencia del consumo: al pagar siempre lo mismo, puedes perder la noción de cuánto gas estás consumiendo realmente, lo que podría desincentivar el ahorro energético.

En mi opinión, la tranquilidad de una cuota fija puede tener un sobrecoste que no siempre compensa. Antes de decidirte por una tarifa plana de gas, es crucial compararla con otras alternativas.

¿Es la tarifa plana de gas la mejor opción para ti?

Si tu principal prioridad es la máxima comodidad y la previsibilidad total de tus gastos mensuales, y estás dispuesto a pagar un poco más por ello, una tarifa plana de gas podría ser una opción a considerar. Sin embargo, yo no te la recomendaría en ningún caso si no quieres pagar de más a lo tonto.

Actualmente, la Tarifa de Último Recurso (TUR), con precios regulados por el Gobierno, es la opción más económica para la gran mayoría de los hogares. Sus precios son significativamente más bajos que los de cualquier otra tarifa. En definitiva, lo mejor es cambiar a la tarifa regulada de gas si buscas el máximo ahorro.

¿Tarifa plana de gas u otra opción? Te asesoramos

Si quieres ayuda, llámanos y uno de nuestros expertos analizará tu situación, tu consumo y tus prioridades. Te ayudaremos a entender si una tarifa plana te conviene o si hay otras opciones en el mercado, como la TUR, que te permitirían ahorrar más en tu factura de gas.

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